Lo bueno de vivir en una ciudad turística es que puedes encontrar lugares lindos y vida cultural a la vuelta de cada esquina.
En esta ocasión fuimos al Planetario, que, comparado con el de Monterrey, es realmente muy pequeño. Tiene solo la sala de exhibición y un pasillo circular alrededor de la misma. Además, algunos salones y la tienda de souvenirs. Sin embargo, la proyección de las constelaciones vale la pena. Me dice Héctor que ya está en planes la modernización del mismo.
Esta es una excelente manera de introducir en los niños el gusto por la ciencia, ya que pueden ver lo grandioso del universo y las maravillas que hay en él.
Como pueden ver, el frío sigue siendo bastante respetable, a pesar de que ese día era el inicio de la primavera.
Para los que no conocen el Planetario Alfa, de Monterrey, les comparto unas fotos. Esta es una muestra de lo que la inversion privada puede hacer por una ciudad.
En la segunda foto se puede ver el cometa Hale Bopp pasando por el Pabellon del Universo en el Centro Cultural Alfa.
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