jueves, octubre 11, 2012

Temblor

Por primera vez experimenté un temblor. La noche del martes, cerca de la medianoche, la casa se cimbró y se oyó un fuerte tronido que me hizo despertar.

Lo primero en que pensé fue que los vecinos habían tirado algún librero: mis vecinos son dos señores de más de 70 años, que por algún motivo desconocido, mueven su mobiliario entre 6 y 10 de la noche casi cada día.

Sin embargo, estaba yo en un error y descubrí el motivo a la mañana siguiente, al enterarme que había sido un temblor de 4.5 grados de magnitud, lo que como muchos saben, no es realmente mucho, pero que vino a romper la rutina de la semana en este calmado pueblo donde vivimos.


Obviamente, las bromas no se hicieron esperar:

@jonh_bi: It wasn't a earthquake... Pauline was just separating quebec.”


@matness: LES ANGLAIS SE RÉVEILLENT". #tremblementdeterre, #earthquakemtl, #earthquakemontreal. #polqc. #toosoon?


@snakeskyn : I survived the 2012 Earthquake...

‏@sugarsammyk: Montreal couple in bed tonight: "How was it for you?" "I think the Earth moved" "Ya baby"."No really I think the Earth moved"#Earthquake

‏@BethanLeM: Yes dear, the earth moved. Now, pass me a cigarette... #montreal #earthquake

@MaggieTheBee : Le PQ annonce un fond de 200 millions pour diversifier l'ameublement extérieur de la région


‏@vropiccone : But of course because we live in Quebec we have to trend #earthquake and #tremblementdeterre







Burn-out

Hace relativamente poco tiempo que me topé con este término. Nunca había oído de semejante cosa. En México, la gente que trabaja lo hace en categorías muy definidas:
-Trabajas bien, duro y te dedicas con ahínco al trabajo, esperando que aunque tarde, tu esfuerzo sea reconocido y probablemente te asciendan.
-Trabajas para sobrellevarla, en cuyo caso sabes que te quedarás en ese puesto toda tu vida o navegarás por las empresas, haciendo "chambitas".
-O bien, no trabajas y tratas de tranzar a quien se deje.

Sin embargo en Quebéc - que es a veces un mundo aislado del resto de Canadá- la gente parece vivir de forma muy diferente.

Existe, claro está, la gente que no trabaja y se dedica a aprovecharse del gobierno o pedir dinero en las calles. Dicen que tienen hambre, pero su sobrepeso no está muy lejos del mío y gastan en café o drogas lo que al parecer no tienen.

También están los que creen ser merecedores de todo: de una educación superior casi gratuita, de ascenso y reconocimiento para el que no están preparados, de servicio y deferencias que no se han esforzado para obtener.

Supongo (aunque hasta el momento he visto muy, muy pocos) que también están en la categoría de gente trabajadora, dedicada y comprometida. La mayoría de los locales, me parece, están en una extraña combinación de estas dos categorías. Trabajan de forma eficiente y aprenden pronto pero su compromiso no es muy fuerte. Hacen solo lo que "necesitan" para cuidar el trabajo y cuando no se ven recompensados como esperan Y cuando esperan, en vez de buscar otra empresa donde sí sean valorados, se dan "a la borrachera y la perdición" como dice la canción mexicana. Aunque en este caso, se dejan caer en lo que aquí se llama burn-out, o sea, la extenuación.

En este período de burn-out, que puede durar desde 6 semanas, hasta el tiempo que ellos quieran (lo más que he visto han sido casi 2 años). Cada 6 semanas durante 3 meses, me parece (que es lo que dura el Short-Term Disability)  la persona se puede someter a una evaluación para analizar si está lista para volver, o bien, si el médico/psiquiatra lo juzga conveniente, la persona puede tomar un tiempo indeterminado.

Curiosamente, a veces dicen querer volver, pero "aconsejados" por su médico, prefieren no hacerlo. Entiendo perfectamente que hay trabajos muy estresantes, que requieren de mecanismos para lidiar con dicho estrés. Controladores de vuelo, dentistas, enfermeros, doctores, etcétera. Personas cuyo trabajo consiste en mantener vivos a los demás me parecen profesiones que deben tener particular cuidado. Sin embargo, en áreas como servicio al cliente, recepción, cuentas por cobrar y otros trabajos administrativos, que en México lo más que aspiran después de un mal día es a ir a beber una cerveza o un café, aquí se reportan en burn-out sin que nadie alce una ceja.

El burn-out me parece una enfermedad de primer mundo. Me queda claro que todos tenemos problemas, a todos se nos junta una enfermedad en la familia, un mal día o un mal mes en el trabajo y sueños frustrados, pero nuestra habilidad de salir adelante es la que nos diferencia de los inútiles.