El desfile, curiosamente, fue menos nutrido que el de San Patricio y me pareció que con menos recursos. Sin embargo, el programa musical fue extenso, ya que una gran cantidad de grupos francófonos se dieron cita en el parque.
El evento se desarrolló en una armonía solamente suspendida por un rato de lluvia, aunque escuché por ahí que en la noche el ambiente se puso un poco más denso, gracias al alcohol consumido durante varias horas.
Montse aprovechó para correr y jugar un rato a la pelota (relevando a una chiquita cansada que jugaba con su papá y su hermana). Los adultos escuchamos música y disfrutamos del ambiente. Había también algunos juegos inflables, puestos de artesanías y claro está, varios proveedores de comida y bebida.
Como muchas personas alrededor del mundo, festejamos el Solsticio de Verano saliendo a jugar, bailar y comer al aire libre. Pudimos disfrutar una vez más de actividades que unen a la comunidad, que nos ayudan a los recién llegados a integrarnos y a conocer más esta mezcla cultural tan interesante.
También, nos dimos cuenta que comprar estas sillas es una excelente inversión para los eventos al aire libre, en particular en un clima tan húmedo.
Les comparto algo que encontré en RCI acerca de ella:
SAN JUAN BAUTISTA, FIESTA NACIONAL DE QUEBEC El 24 de junio de 1834, día de San Juan Bautista, se realizó una fiesta campestre para discutir el futuro del pueblo quebequense. Esa reunión dio origen a la celebración de la Fiesta Nacional de Quebec, que sin embargo sólo sería reconocida oficialmente como tal en 1977. Pero los orígenes de la fiesta de San Juan propiamente dicha se pierden en la noche de los tiempos y se mezclan con rituales célticos y fiestas agrarias que celebraban el comienzo del verano en Europa.
Una fiesta tan antigua, no está exenta de tradiciones y supersticiones más antiguas que el desfile. Navegando por internet me encontré que:
Según se cree, en el exacto momento en que el sol ilumina el amanecer del día 24, las aguas de fuentes y arroyos están dotadas de poderes especiales para curar y brindar protección a la gente.
Quien se baña en el rocío que cae esa noche quedará protegido durante todo el año.
Meterse desnudo y de espaldas al mar, mirando la luna, permitirá a quien lo haga obrar ciertos prodigios.
Quien se coloca debajo de una higuera con una guitarra en sus manos puede aprender a tocarla de forma inmediata.
Los solteros y solteras que al comenzar el 24 se asomen por la ventana de su casa verán pasar al amor de su vida.
Si se quema un papel donde se haya escrito aquello que se quiera olvidar, se puede lograr bienestar por todo el año.
Si una mujer se mira desnuda y de espaldas en un espejo, a media noche y con la luz de una vela, verá el momento de su muerte.
Quien madrugue el día 24 no pasará sueño el resto del año.
El solsticio de verano coincide con la maduración y recolecta del fruto de la higuera de higos negros (exteriormente negros) denominada breva.
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